Muy delgado. Sólo recuerdo que era muy delgado. Y no demasiado alto. De la media, más bien bajito.
He olvidado su olor y su sabor. El sonido de su voz es apenas un murmullo en mi memoria. Ya casi no recuerdo nada, lo olvidé todo de repente.
Sólo recuerdo que era muy delgado. Tan delgado, que cuando dormía parecía indefenso. Tan delgado, que daba pena.
Su cadera era estrecha y de espaldas se adivinaban todas sus costillas, sus vértebras. Era tan delgado que parecía sumamente frágil.
Ahora sé que su fragilidad era sólo apariencia.
2 comentarios:
Y era un señor tan delgado tan delgado, que tenía que pasar dos veces por la aduana para haber si había pasado al país vecino...
Lo se, es muy malo, pero tenia de contartelo xD
Besos!!
Y por casualidad, sólo por casualidad, aunque hayas olvidado su olor, ¿no serías capaz de reconocerlo de nuevo si te lo dieran mezclado entre miles?
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