- Hoy he recordado que él tenía los ojos de Hugh.
- ¿Heffner?
- No, Grant.
- Ah, pues muy bien.
- Sí. También he recordado el sabor de la sangre y no sé por qué, si estamos tan llenos de hierro, somos tan frágiles.
- Acabas de decir una tontería. Muy grande.
- Lo sé. Siempre he deseado ser inteligente.
- La inteligencia se cultiva.
- Sí y la vida hay que vivirla uno mismo, no escucharla por boca de los demás.
- Pero los consejos son útiles.
- No, los consejos no son más que juicios que hacen que te sientas peor aún. Si es que eso es posible.
- Hoy te noto bastante pesimista. Más que de costumbre.
- ...
- ¿En qué piensas?
- En sus ojos.
2 comentarios:
La sangre es muy sabrosa :)
Me ha encantado ese texto, sobre todo con lo de la sangre...
Besos!!
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