Después de tanto tiempo sin verse ambos desarrollaron una necesidad, casi enfermiza, de estar con la otra persona.
El grado de dicha necesidad dependía de factores como la fase del ciclo menstrual, el grado de alcohol en sangre o el deseo sexual.
No obstante, sabían que tras el siguiente encuentro volvería a pasar mucho tiempo (cualquier cantidad de tiempo, supondría mucha cantidad de tiempo) hasta que volvieran a verse.
Y nadie sabía que tipo de sentimientos despertaba esta separación en ellos, porque ni siquiera ellos mismos lo sabían.
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