Un rato después una amiga me llama llorando. Una conversación sobre las almas gemelas y el arrepentimiento.
Y a mi, que se me encoge algo por dentro. Mi amiga nunca llora.
Y yo, que ahora hace un año de aquel accidente. De interminables horas en un hospital. De lo que a mi me pareció que iba a ser la historia más bonita del mundo.
Y ahora, que lo creía todo superado, se me desencoge ese algo y soy yo la que llora. Yo siempre lloro.
Ya no creo en nada. No creo en dios, no creo en el karma, no creo en las almas gemelas, ni en el destino, ni en el arrepentimiento.
Porque, ¿de qué sirve creer?
Yo ya no creo en nada.
1 comentario:
Vale, pero: I want to believe
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