Hace un par de noches me asusté. Me encontraba en ese estado intermedio entre el sueño y la consciencia y me sorprendí a mi misma contestando en una conversación (medio soñada medio imaginada): "No. Es algo mucho más fuerte".
Y ahora, en otro orden de cosas, os pregunto:
¿Amar un lugar es lo mismo que amar a una persona? Quiero decir, ¿debemos conformarnos con ir a visitarlo de vez en cuando o, por el contrario, deberíamos hacer todo lo posible por trasladarnos a él? ¿Aunque esa decisión implique sacrificar otras cosas?
Esta vez necesito un poco de terapia externa, por lo que os nombro terapeutas temporales. Por favor.
2 comentarios:
Al habla el doctor Mr. T:
Depende de qué sitio sea, cómo esté de lejos y cuál sea el sacrificio.
Pero de todas formas, no creo que se ame un lugar como a una persona.
No creo que pueda compararse el amor hacia una persona y hacia un lugar. En primer lugar, porque se pueden amar muchos lugares, pero no tantas personas. Además, el amor de un lugar no puede nunca ser correspondido. Por último, el dolor de no estar en el lugar amado no es tan insoportable como el de no estar con la persona amada.
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