Aunque ver ciertas fotos debería subirme el ánimo, lo único que consigo al verlas es preguntarme:
¡¿POR QUÉ ME DEJABAIS SALIR DE CASA CON ESE ASPECTO?!
Y lejos de alegrarme por lo mucho que he mejorado, sólo pienso en que no quiero volver a comer hasta estar tan delgada como Courtney Love (aunque sin la cara de yonka).
[No os preocupéis por mi salud mental. Para mi desgracia se ha demostrado empíricamente que soy incapaz de dejar de comer...]
1 comentario:
Creo que ya te he escrito sobre esto, o al menos he soñado hacerlo: en el apocalíptico futuro del Universo, donde nada más que comerán tres veces al día uno de cada diez cuidadanos, los cánones de belleza cambiarán.
En lugar de la escualidez y demacración al estilo Kate Moss, se buscará la ternesquez y alegría de carnes (moderada y bella, como mujeres como tú y como yo), símbolo de prosperidad y festilidad.
¡Viva la carne blanca de Ávila con pimientos de Padrón!
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