viernes, 21 de noviembre de 2008

El sendero principal

Caminaba por un sendero y, cegada por la belleza del paisaje, erré de camino. Anduve perdida un tiempo, aunque resultó un paseo agradable, pero al regresar al sendero principal tenía las piernas arañadas por las zarzas y sarpullidos de las ortigas.

Seguí por el sendero principal, hasta que poco después me encontré ante una bifurcación. Escogí el camino que parecíamás bonito, sin darme cuenta de que era un camino pedregoso. Durante el trayecto caí mil veces. Me desollé las rodillas y me raspé las manos. Me dolía tanto el cuerpo que no paré de caminar hasta regrear al sendero.

Encontré un lago y decidí limpiar la sangre reseca de mis piernas. Al principio resultó reconfortante, hasta que descubrí las sanguijuelas. Me dolió quitármelas, tanto que lloré, y con mis sollozos no pude escuchar a los lobos hambrientos qu merodeaban cerca de mí. Presa del pánico, corrí todo lo rápido que pude, que no es mucho, hasta salir, de nuevo, al sendero principal.

Y ahora, de vuelta en el aburrido sendero, llena de heridas y cicatrices, con la cara salada por el sudor y las lágrimas, exhausta y dolorida, he decidido que me quedo aquí. Que seguiré avanzando, pero por el sendero, que es aburrido, sí, pero seguro.

2 comentarios:

kenya dijo...

Yo te acompaño, me da igual el camino que elijas...

Anónimo dijo...

pues si está mu lejos yo no voy eh!! que se me cansan las piernas! jajajajajajajaja

(en realidad sabes que yo te acompañaría, aunque fuese dandote collejas detrás tuya)