domingo, 27 de febrero de 2011

No quiero pero...

...voy a darle una oportunidad. Un poquito, sólo un poquito, de energía invertida en esto no puede ser mala.

jueves, 24 de febrero de 2011

No quiero

Me miraron raro, casí sentí como se lanzaban a por mí, a por mi cuerpo para crucificarlo o desgarrarlo, cuando dije que no quería enamorarme.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Nada

No es mi cuerpo más que una casa
que ahora está deshabitada.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Sólo el peso del agua
que resbala por mis mejillas.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Todo lo que había se lo han llevado
a Polonia o a Ucrania.

Sin darme cuenta, mientras dormía.

Y sólo me han dejado
mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

sábado, 19 de febrero de 2011

Ella

Ella te espera
con las piernas abiertas
dentro de una cama
en una ciudad sin nombre.

Ella te complace
con una devoción ciega,
te lame y te besa,
te agarra y te muerde.

Y obedece tus deseos,
cualesquiera que sean:
más despacio, más deprisa,
más adentro. Y traga.

Y nunca has pensado
que detrás de su pecho
hay un corazón palpitante
igual que el tuyo, o muy parecido.

La mantiene con vida
y le duele
cuando se la arrancas de cuajo
sin pensar en las consecuencias.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cuando me hablan de la cárcel

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en las bicicletas de la plaza
y en cómo busco con la mirada
aquella pintada de blanco y violeta.

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en las águilas americanas
en pieles rojas, apaches y pies negros,
en sueños de vidas pasadas y de la vida presente.

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en el contraste de nuestros colores,
en suaves contornos frente a la aspereza de las formas,
en la brisa suave del río, en viajes en motocicleta.

Cada vez que me hablan de la cárcel
me veo envuelta en el humo de sustancias ilegales,
en la intensidad de un verano doliente
y en un septiembre que marcó a fuego una vez y PARA SIEMPRE.

domingo, 6 de febrero de 2011

Campesinos y juglares

Tuvo que recorrer mucho mundo, conocer a campesinos y juglares para darse cuenta de que los vestidos no importaban. Que no importaban las joyas. Ni los orígenes.

Que lo que importaba estaba un poco más allá, pero más cerca de lo que nunca imaginó.