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lunes, 9 de enero de 2012

Abandono (?)

Llevo mucho sin escribir por aquí. Los que lleváis leyéndome mucho tiempo, supongo que ya sabréis como van los ciclos de mis blogs.

Si queréis seguir leyéndome, estaré en:

http://bonitapechos.blogspot.com


Aún está vacío... pero poco a poco, poco a poco.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Nada

No es mi cuerpo más que una casa
que ahora está deshabitada.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Sólo el peso del agua
que resbala por mis mejillas.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Todo lo que había se lo han llevado
a Polonia o a Ucrania.

Sin darme cuenta, mientras dormía.

Y sólo me han dejado
mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cuando me hablan de la cárcel

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en las bicicletas de la plaza
y en cómo busco con la mirada
aquella pintada de blanco y violeta.

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en las águilas americanas
en pieles rojas, apaches y pies negros,
en sueños de vidas pasadas y de la vida presente.

Cada vez que me hablan de la cárcel
pienso en el contraste de nuestros colores,
en suaves contornos frente a la aspereza de las formas,
en la brisa suave del río, en viajes en motocicleta.

Cada vez que me hablan de la cárcel
me veo envuelta en el humo de sustancias ilegales,
en la intensidad de un verano doliente
y en un septiembre que marcó a fuego una vez y PARA SIEMPRE.

lunes, 24 de enero de 2011

Arena en los ojos

Sonaban las canciones que tantas veces me habían hecho llorar.
Ahora él dormía entre mis brazos, pero ya no había desiertos.

domingo, 16 de enero de 2011

Anestesia

Hay canciones que hacen que vuelva a querer buscarlo. Pero la razón se impone:

La vida así es más monótona, más aburrida.

La vida así es desmotivadora. Pero la vida, así, no duele.

martes, 9 de noviembre de 2010

De príncipes y princesas

Aquella tarde en el parque me cantó una canción que se inventó sobre la marcha, que sonaba a Kiko Veneno y que no hablaba de nada, sólo de lo guapa que era y de la tortilla de patatas.

Aquel día yo era una princesa y el corcel blanco era una bicicleta morada.

Yo era del color del marfil y el era un indio sin domesticar.



Y todavía hay quien me pregunta por qué le echo de menos.

sábado, 6 de noviembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

7 días

Ya sé que me voy a una ciudad grande donde siempre tendré cosas que hacer. Ya sé que me lo pasaré bien, que aprenderé un montón y que conoceré a mucha gente interesante.

Ya sé que es el comienzo de una nueva vida.

Pero también sé que es el final de otra.

Y ya no vendrá a buscarme el chico de la bicicleta. Y ya no llevaré a mi perra a jugar a la Alameda. Y mi gata no me saludará por las mañanas. Y no podré llamar a mi churri para bebernos una litrona. Y ya no podré volver a casa borracha, recorriendo el camino de memoria. Y ya no me despertaré porque los pájaros canten en mi ventana. Y ya no me espabilará la brisa del río de camino a clase. Y ya no tendré quien me abrace. Y nadie me entenderá con la capacidad de entendimiento que dan los años. Y ya no estarán los yonkis de mi barrio ni las prostitutas transexuales. Y ya no estará la gente que me vio crecer. Y no me conocerá el panadero ni la de la tienda de animales. Y los vecinos no me preguntarán por mis padres. Y ya no estarás tú, ni ella, ni él. Ni mi bar preferido.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Posposición

El otro día en la radio sonaba una canción sueca. O noruega, qué sé yo. Pero con ese característico sonido escandinavo que recuerda al frío. Y me pregunté si estaría condenada a sentir el frío en las canciones por haberse visto truncados mis planes de huida de esta forma tan fea, con chantaje emocional incluido.

Y aunque de todo esto he aprendido el absurdo de los planes a largo plazo, no pienso morirme frustrada. Lo único que tengo que hacer es no encontrar nada que me ate a Madrid.

De este modo, mis planes no se habrán visto truncados, sólo pospuestos y eso es algo con lo que puedo vivir.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La inmensa sonrisa de tus cansados ojos

Era alto, moreno y guapo.

Era natural y extrovertido.

Siempre tenía una una palabra bonita, algo agradable que decir. O que hacer.

Era...

era...


pues debió de ser un sueño, porque se esfumó.

¡bluf!




Y ya nunca más
volverán mis ojos a ver tus ojos y tu mata de pelo
y allá desde lo lejos
van llegando los viejos recuerdos, en ráfagas lentas de viento.



viernes, 20 de agosto de 2010

Las piedras de la calle

Me sigo asomando a la ventana, pero ver la calle vacía ya no tiene gracia.

Lo he pensado al asomarme, cuando ha ladrado la perra, aunque sabía que no habría nadie y en ese instante, Albert Pla ha cantado:

Yo quiero que te asomes
a cada hora
como un preso asomado
por tu ventana
y que te sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.

Y parecían mis palabras en voz alta.

El señor solidario causó la mayor debacle conocida por este ser humano, como Angelina Jolie cometiendo un infanticidio.


martes, 10 de agosto de 2010

Serventesio de arte menor

Tu sombra me persigue
como una melodía
cuyo final no recuerdo.
Y te busco,
donde juegan los perros
y entre las bicicletas.
Cuando alguien silba por mi calle,
cuando llaman al timbre,
cuando suena el teléfono.
Y entre las bicicletas.
La brisa del río
y los duendes del parque
y las sustancias nocivas
y tus ojos caídos

y su voz, la tuya.

El amor de verano
que murió en primavera.
El cadáver enterrado
entre las bicicletas.

martes, 22 de junio de 2010

Guapa

No volveré a fiarme de un tío que diga que soy guapa.

Es una mentira demasiado evidente.

viernes, 14 de mayo de 2010

Los niños se han callado

...he vagado por el desierto sobre un caballo sin nombre...

Ya lo dijiste tú una vez: no basta con quererse.



Adiós.

martes, 4 de mayo de 2010

Vapor

La necesidad
de que cada centrímetro tuyo
sea mío,
se evapora
con el calor
que otros me ceden.


Pero luego hace frío
y se condensa
y vuelve a pegarse a mi piel.

jueves, 22 de abril de 2010

Mala señalización

No puedo evitar creer que cuando él se vaya, yo no seré capaz de volver a encontrar el desierto.

miércoles, 7 de abril de 2010

He recordado

Hoy he recordado lo que se siente cuando la persona de la que estás enamorada te abraza


y te sientes pequeñita






y puedes oler










su cuello

lunes, 5 de abril de 2010

Por si muero

El domingo que viene parto hacia tierras mayas. En un viaje tan largo, existe la posibilidad de que mi avión se estrelle y yo muera. En caso de que eso ocurra, os dejo una carta que tendreis que entregar a la persona adecuada. Espero que lo hagais. Al fin y al cabo, se trata de mi última voluntad.

Querido Tú:

Si estás leyendo esto es porque ya estoy muerta. Tengo un amigo con la teoría de que si mi avión se ha estrellado, yo habré sufrido el mismo destino que los personajes de Perdidos. Y yo no he visto nunca esa serie, sólo sé que hay un gordo que no ha adelgazado ni un gramo en todos estos años. ME NIEGO a correr esa misma suerte. Prefiero haber muerto en el accidente.

Yo creo que una vez muertos sólo nos queda ser engullidos por gusanos y demás bichos que no me hacen ninguna gracia. Pero hay quien sostiene que nos convertimos en espíritus condenados a vagar por este mundo si dejamos algo por resolver. Y bien, yo sé que si eso es cierto, entonces aún andaré por aquí cerca porque hay algo que nunca he sido capaz de hacer.

Dicen que los espíritus se quedan cerca de los que fueron sus seres queridos, protegiéndoles. También sé que si eso es cierto yo me quedaré pegadita a ti, todo el tiempo. Sólo me separaré de ti el mínimo tiempo posible para ir a ver cómo le va a mi familia o a mis amigos. Al contrario de lo que hice en vida. Todo el tiempo a tu lado. Bueno, está claro que te dejaré intimidad cuando vayas al cuarto de baño o te masturbes. No, espera. Cuando te masturbes también estaré a tu lado.

Me quedaré siempre contigo porque quiero saber si me lloras o si me olvidas. Te abrazaré por las noches como hiciste conmigo. Y cuando abraces a otra, seguiré a tu lado. Queriendo traerme a la otra conmigo al más allá, eso sí. Pero a tu lado.

Y al final de esta carta, hay algo que todavía no me he atrevido a hacer. Así que cuando sientas una corriente de aire o un escalofrío, seré yo. O eso o te has dejado una ventana abierta.