Rescate

Prefiero flotar a la deriva que tener miedo en esta isla.

Nada

No es mi cuerpo más que una casa
que ahora está deshabitada.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Sólo el peso del agua
que resbala por mis mejillas.

Mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

Todo lo que había se lo han llevado
a Polonia o a Ucrania.

Sin darme cuenta, mientras dormía.

Y sólo me han dejado
mi nariz, mis piernas y mi pecho
y dentro: nada.

La ventana

¿Y si no la encuentro?

¿Y si me vuelvo a caer por ella?

Descreida

Durante mi travesía por el desierto perdí la fe en el ser humano.

Volver

Me perdí buscando el desierto.

Ahora sólo quiero volver a casa.

Posposición

El otro día en la radio sonaba una canción sueca. O noruega, qué sé yo. Pero con ese característico sonido escandinavo que recuerda al frío. Y me pregunté si estaría condenada a sentir el frío en las canciones por haberse visto truncados mis planes de huida de esta forma tan fea, con chantaje emocional incluido.

Y aunque de todo esto he aprendido el absurdo de los planes a largo plazo, no pienso morirme frustrada. Lo único que tengo que hacer es no encontrar nada que me ate a Madrid.

De este modo, mis planes no se habrán visto truncados, sólo pospuestos y eso es algo con lo que puedo vivir.

Estimada Cherry:

Nos ponemos de nuevo en contacto contigo para comunicarte que tras realizar la entrevista de selección y efectuada la valoración de tu candidatura por parte de la dirección académica, has sido aceptada.

Aceptada. Aceptada. ACEPTADA.

¿No lo ois resonar en vuestros oídos? que maravillosa melodía suena en mi cabeza, como cantada por pequeños angelitos que tocan pequeñas arpitas, coreada por querubines que sólo tienen una cabecita y un par de alitas pegadas a ella.


Pero, por otra parte, no sé en qué estado de enajenación mental se me ocurrió pensar que Madrid tenía que ser EL SITIO, porque ahora, más tranquila, calmada y con las ideas frías, pienso que ir a Madrid es saltar de cabeza a una alcantarilla neoyorkina con un caimán peligroso que se va a comer mis sesitos en cuanto se me abra un poquito el cráneo. Shit.

La inmensa sonrisa de tus cansados ojos

Era alto, moreno y guapo.

Era natural y extrovertido.

Siempre tenía una una palabra bonita, algo agradable que decir. O que hacer.

Era...

era...


pues debió de ser un sueño, porque se esfumó.

¡bluf!

Y ya nunca más
volverán mis ojos a ver tus ojos y tu mata de pelo
y allá desde lo lejos
van llegando los viejos recuerdos, en ráfagas lentas de viento.

Que mi vida sea mía

Mi vida estudiantil hasta el momento se podría resumir en un conjunto de decisiones erróneas tomadas, en mayor o menor medida, por la presión familiar.

Cada vez que me he quejado por la mala decisión tomada y he argumentado ante ellos que si elegí aquello fue porque era la única opción que me dejaban, me decían, muy convencidos: "oh, ni hablar, tú siempre has podido elegir lo que quisieras y nosotros nunca hemos dicho nada. Y si lo hemos dicho, no tenías por que hacernos caso".

Cuando casi 25 años después tomo mi propia decisión, nadie está dispuesto a apoyarme porque, por supuesto, se trata de una mala idea.

Pero ¿resulta tan difícil entender que yo sólo quiero tomar mis propias decisiones? ¿entender que si resultan ser malas ideas sea yo la única responsable?

Y es que yo sólo quiero que mi vida sea mía.

La más patética

¿Sabéis lo que se siente siendo la persona más patética del mundo? No. No lo sabéis, por la simple razón de que esa persona soy yo. Y tengo la exclusividad. Tengo la patente. De hecho, tengo hasta un carnet que lo certifica.

Y un diploma colgado en la pared de mi cuarto. Firmado por el rey.

Desgraciada

Será una tontada, pero es la segunda vez que me pasa en menos de un mes y no me hace ni puta gracia.

Joder.


Hostia.


Puta.


Y le pegaría un puñetazo a la pared de no ser porque necesito mi mano entera para el examen de esta tarde.

Esta no es mi casa

Lo digo completamente en serio. No sé cómo voy a aguantar otros seis meses sin que me salga una úlcera o me estalle el cerebro.

La forma más fácil

Debería dejarme de polladas. La forma más fácil de aclarar todo esto es ir y preguntártelo.

Paradójicamente, esa es también la forma más difícil.

Además, creo que tus respuestas no iban a gustarme.



Vaya hombre, estamos en las mismas.

Si no me acuesto

Si no me acuesto es porque pienso.

Pienso que quiero acelerar el tiempo.

Que pasen rápido estos meses.

Que pase Junio, que pase Septiembre.

Que llegue el año que viene y yo me vaya lejos.

Que empiece MI vida.

Mía, mía, mía.

Infinitos días

Podría poner una canción, donde la voz de otro cuente lo que pasa en mi cabeza.

Escribir un poema que no valga nada, pero que exprese todo lo que siento.

Hacer una lista con cada cosa tuya que adoro. O con cada cosa tuya que odio.

Contar lo que estoy haciendo. Lo que ya he empezado a echar de menos.

Coger el teléfono y llamarte y mandarte a la mierda. O arrastrarme por el suelo agarrada a tu tobillo.


Podría hacer muchas cosas. Y, sin embargo, no puedo, porque tres años son mucho tiempo, tanto, que ahora me parecen infinitos días.

sólo

Las botas, la coraza y la espada no cambian la esencia. Sólo modifican el aspecto.

Sé realista

Mi yo racional se separa de mi yo soñadora y le dice, con tono suave y mientras la abraza:

-Venga, tonta, déjalo ya. Las dos queremos que pase, pero sabemos que no pasará. Y que, de todas formas, no nos conviene en absoluto. Venga, tonta, déjalo ya.

No sé si será parte de una psicosis, pero he desarrollado la capacidad de dividirme por mitosis mental y hacer que cada una de mis yo abracen a mis yo más débiles.

Es difícil, pero no debería parar de repetirmelo: Venga, tonta, déjalo ya.

Eres

No te necesito,
no eres agua, ni eres aire.
No eres tierra
porque yo no te piso.
No eres luz,
aquí sólo hay sombra.
No eres cordura,
no eres amor, ni eres razón.

Yo no soy agua.
No soy aire.
Me siento tierra.
Sólo soy sombra.

No entiendo

Cuando te miro callada
estoy pensando
por qué te quiero tanto.

Y no lo entiendo,
no eres guapo.
Ni rubio, ni alto.

No eres cariñoso,
ni detallista.

No llamas nunca
sólo para preguntar
"¿qué tal va?"

No llamas nunca,
para nada.

No das besos de buenos días
ni dices cosas bonitas.

Pero, por algún motivo
que se escapa a mi razón,
resulta que te quiero.

Y LO ODIO.

En tu cama

Me gustaría que mis silencios
hicieran que pensaras
que no hay nada mejor
que tenerme desnuda en tu cama.

Me gustaría que tus abrazos
me los dieras porque necesitas mi calor
y no un calor cualquiera
de cualquiera de las que desnudas en tu cama.

Me gustaría, sinceramente,
que no te metieras en la cama
con ninguna mujer desnuda.
Ni en la tuya, ni en las suyas.

Me gustaría ser la única mujer,
desnuda, vestida o en pijama
en tu cama, en tu cabeza
y en tus sueños húmedos.

Nunca entenderé por qué pongo en ti todo lo que no me cabe dentro.
Nunca lo entenderé. porque yo no te quiero.