Hay tres personas dándose paseos por mi cabeza.
Y no puedo alcanzarlas.
Me da rabia.
Hay dos a las que no necesito coger. De momento.
Pero la tercera... la tercera me está volviendo loca. Porque sé que está sólo a unos metros, al final de la calle. Porque me ha despertado la curiosidad y la ha dejado despierta. Porque su voz me tiene como me tiene y yo no puedo escucharla cuando quiero.
Maldita tercera persona... ¡déjate alcanzar!
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