lunes, 3 de noviembre de 2008

Muérete, querido. Digo, ¿otro té?, querido.

Y de repente me encuentro pensando: ojalá te murieras. Y me sorprendo a mi misma. No es que realmente quiera que se muera, pero supongo que ya sabeis a lo que me refiero.


Aún así, me sorprende la contundencia de mi pensamiento.

Nada grave, el problema llegará cuando el pensamiento se me escape por la boca y él esté delante.



O cuando se muera y yo me sienta tremendamente culpable por haber pensado en ello.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si quieres que alguien se muera de verdad, ofrece menos té y más galletas y magdalenas de las tuyas (con su receta secreta de laxante...)

Anónimo dijo...

Dudo que lo haya hecho a conciencia. Apenas nos conocemos.

Anónimo dijo...

Como dice una cancion de Falete: "te odio tanto que me sorprendo de mi manera de odiar" o algo así...(que no es que yo te odie, es lo que tu se supone que le dirias a él...que bien me explico!!) XDDD

Ah, que yo tenga conocimientos sobre Falete es solo debido a que mientras pasaba apuntes he visto una entrevista a su ex-noviomeinventosecuestros...

KISSS