Él venía. Hablábamos. Dejábamos las cosas claras.
Y nos enrrollábamos como púberes bullentes de hormonas: todo muy casto pero muy caliente.
Y las dos veces, al despertarme, me he puesto triste. No porque todo fuera casto, sino porque las cosas aún no están claras.
Menos mal que en mi iPod hay canciones de Journey para hacerme feliz.
3 comentarios:
¡Bien por tu iPod! Yupiiiiiiiiii.
Nunca las cuentes...
...sólo ten una idea vaga del número de veces.
jooo!!!!! Ya estaran las cosas claras. Por cierto, muy bueno lo del vaticinio de los números: 5º concierto, dia 5 del 5
jajajaja
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