Busca en tus bolsillos
y tal vez encuentres un trozo de mi.
Aquel pedacito que dejé olvidado en tu habitación,
cuando eras tú a quien regalaba mi olor,
mi sabor y mi aliento,
empañando tus ventanas.
Y si lo encuentras, guárdalo bien.
En un cofre. O en una cajita de música.
Vigila, no lo pierdas, porque es el único que tendrás.
Y al abrir la caja escucharás
el sonido de las lágrimas que derramé por ti.
Corre, ciérrala, no la malgastes,
porque ya no habrá más.
Y si buscas en tu chaqueta,
tal vez encuentres aquel cigarro de después
que nunca llegué a fumarme.
Fúmatelo tú si quieres,
y que el humo que exhales por tu boca
sea aquel recuerdo feliz
que algún día tendrás de mi.
Ese que me hubiera gustado guardar.
6 comentarios:
No me importa de lo que hable, no me importa si es triste, si es alegre, no me importa tu sentimiento cuando lo escribías... lo único que me importa es que eres una poeta fabulosa.
Bravo, esposa.
jo, que bonito y que cruel a la vez...(cruel, pero merecido)
en Escritura Narrativa vas a tener que darle bien a tu ingenio para hacer lo que te mande y lo que me mande a mi...que cada día escribes más bonito!! :')
increible
De acuerdo con Men (y esto no es ninguna novedad), bueno y merecidamente cruel. Pero no es eso lo que quería decir. Me gusta porque es frágil y sincero, sin miedo, pero elegante y delicado, incluso ingenuo. Una combinación fantástica, nena.
Menos mal que nosotras conservaremos todos esos trocitos de ti con un sentimiento totalmente diferente.
Besote!
Joder, me encanta!!! ^^
Un poema precioso. Te dí mi regalo de reyes antes de leerlo pero después de este poema de despedida amarga creo que te lo mereces más aún. Pasate por mi blog y recogeló.
Un besazo
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